que me devora, la inquietud de sus deseos que reviven como fantasmas en las esquinas de árboles oscuros, siempre pacientes, en espera de que las estrellas le sonrían…
Noche…Precipitada, azul…inconcebible, perturbadora de los cuerpos
cuando desata las bestias del deseo…desvelada, palpitante... noche de ácidos y de sombras, cuando nadie reconoce a nadie,
cualquiera puede vestir las ropas o desnudarse en la protectora penumbra...
simulando ser aquella o aquel dónde todo es posible…muerte, vida, éxtasis...
dónde siempre hay tiempo…para que amanezca mañana.